El banco cuando tenemos un impago de un préstamo con él, acostumbra a utilizar tres trampas que solo a él benefician:
1.- Nos ofrece refinanciar la deuda pendiente.
La entidad nos ofrecen refinanciar lo que debemos, más los intereses de lo que debemos, más los intereses del préstamo que nos dan para pagar todo lo que debemos, independientemente de que los intereses que aplican sean legales o no. De esta forma, en vez de reducir la deuda la aumentamos.
2.- Nos condenan a contratar préstamos en cadena.
Contratamos un préstamo para pagar el anterior. Al no poder pagar tampoco este préstamo, pues es más caro, contratamos otro para pagar éste último, así sucesivamente.
3.- Nos dicen que paguemos lo que podamos mensualmente, aunque sea menos que la cuota mensual y muy amablemente nos aseguran que no nos demandarán.
Con ello, al no pagar el total de la deuda, cada euro que pagamos solo sirve para pagar intereses, nunca para limpiar la deuda. Por si fuera poco, la deuda principal que no se liquida jamás, sigue generando nuevos intereses, convirtiéndonos en clientes perpetuos.